Consejos para usar correctamente el limpiador lingual

El uso de un limpiador lingual puede convertirse en la mejor manera de completar tu higiene oral fácilmente. A continuación, te explicamos en qué consiste, cómo se usa y cuáles son sus beneficios, entre otros aspectos. ¿Nos acompañas?

¿Qué es un limpiador lingual?

Quizá hayas observado que algunos cepillos de dientes incluyen, en la parte posterior a las cerdas, una superficie rugosa. Si bien la misma se puede emplear para limpiar tu lengua, resulta más recomendable apostar por un limpiador como tal que puedas limpiar y desinfectar correctamente.

Se compone de un mango y de una parte superior elíptica. Está fabricado en un material flexible e hipoalergénico. Es eficaz durante más de 6 meses, se adquiere en farmacias o parafarmacias y los odontólogos aconsejan su uso por la evidencia de que elimina más placa de la lengua que el cepillado convencional.

¿Cómo se usa?

La lengua hay que limpiarla de una forma determinada para suprimir correctamente todas las bacterias. Sigue los siguientes pasos:

· Limpia tu lengua siempre antes de desayunar, ya que en ese momento la concentración de gérmenes aumenta. Esta es la razón por la que tienes ese mal sabor de boca al despertarte. Igualmente, puedes repetir esta operación tras cepillarte los dientes correctamente y utilizar el cepillo interproximal o el hilo dental correspondiente.

· Colócate frente al espejo.

· Usa la parte que presenta una protuberancia para limpiar la parte central de la lengua.

· Introduce la lengua en la abertura del limpiador e trata de llegar lo más atrás posible con el mismo. Arrastra el limpiador hacia el exterior. Límpialo correctamente con agua.

· Usa la cara sin relieves del producto para limpiar los laterales de la lengua dando pasadas desde el fondo hasta la punta. Aclara con agua tras cada pasada.

· Enjuágate bien la boca una vez higienizada la lengua. Puedes recurrir a un colutorio sin alcohol para conseguir eliminar la placa que haya podido quedar.

En algunas personas, la adaptación al uso de este artículo puede provocarles náuseas que desaparecerán progresivamente. No olvides guardar tu limpiador junto al cepillo e incorporarlo a tu rutina de higiene dental.

¿Por qué contribuye a mejorar la salud dental?

Para los odontólogos el uso de un limpiador es el mejor complemento a una limpieza profesional y a una higiene dental adecuada. En lo que respecta a la salud dental, debes hacerte estas preguntas para ahondar en la utilidad de este producto: ¿observas una capa de color blanco sobre tu lengua? ¿Notas un mal sabor de boca en distintos momentos a lo largo del día? Al mirarte la lengua en el espejo, ¿encuentras restos de comida?

Si has respondido afirmativamente a estas cuestiones ya sabrás por qué este producto resulta imprescindible. Los restos de comida y la capa de color blanco son síntomas que evidencian que algo anda mal. La halitosis es una afección que padece un 30 % de la población.

No usar un limpiador incrementa las señales debido a la descomposición de la placa bacteriana que se produce en el dorso de la lengua. Erradicar los restos de comida es igualmente decisivo para rebajar la probabilidad de desarrollar caries.

La gingivitis también aparece por la acumulación de placa y, de no tratarse, puede convertirse en una periodontitis, por lo que la limpieza de la lengua es siempre aconsejable. Recuerda que una lengua saludable debe ofrecer un color rosado y no presentar ningún tipo de protuberancia o alteración. De observarse alguna de estas anomalías, consulta a tu odontólogo.

¿Cuál es el precio aproximado?

El modelo más caro cuesta unos cuatro euros. Lo prioritario no es que selecciones el producto por su precio o diseño, sino tras haber consultado con tu odontólogo. Dependiendo de tus posibles patologías te pautará un limpiador o un material determinado.

Por suerte, la mayoría de las marcas de dentífricos incluyen este producto en su catálogo comercial. Por tanto, solo has de seguir las recomendaciones del profesional para adquirir el más adecuado a tu caso particular.

Por regla general, la oferta se divide en dos:

· Con forma de u. Consisten en una barra metálica flexible con protectores de goma. Su uso es muy sencillo y permite acceder a cualquier parte de la lengua con facilidad.

· Con forma de y. Incorpora un mango inferior y la parte superior suele ser elíptica o redonda. Está fabricado en un material flexible y es muy fácil de usar.

¿Por qué no es aconsejable confiar en remedios caseros para limpiar tu lengua?

Básicamente porque atendiendo tanto al precio como a su durabilidad, el limpiador es la mejor alternativa. La mayoría de remedios pasan por cepillar directamente la lengua con el cepillo habitual, lo que puede provocar erosiones diversas, o por el uso de granos de sal gorda que hay que cepillar hacia el exterior de la boca (una opción conducente a elevar las probabilidades de sufrir aftas y pequeñas heridas en la lengua por la acumulación de placa dental).

Tampoco son convenientes los artilugios realizados en casa, dado que será complicado que tengas acceso a material hipoalergénico o flexible. Además, el aprovechamiento de cepillos dentales ya usados o de otros materiales de higiene dental en desuso no deja de ser una apuesta segura por contraer una infección.

¿Cuándo se comienzan a apreciar los efectos del limpiador?

La mejoría es evidente desde el primer momento. Es posible que notes que tu lengua está más sensible. Sin embargo, a lo largo del día te desharás del mal sabor de boca y del mal aliento. A su vez, aumentará tu sensación de frescor natural en la boca e incluso podrás apreciar mejor el sabor de los alimentos.

En definitiva, te aconsejamos que aproveches el tratamiento gratuito de Servibucal de técnicas de cepillado e higiene dental en las que se incluye el uso de un limpiador lingual. Recuerda adquirir uno lo antes posible para comenzar a limpiar correctamente tu boca y a retrasar la posibilidad de padecer distintos tipos de alteraciones en tu salud dental. Con 5 minutos al día lograrás el objetivo de proteger, de forma eficaz, tu dentadura y tus encías. ¿Preparado para ponerlo en práctica?