La periodontitis es una enfermedad de las encías que daña el tejido blando y puede destruir el hueso, provocando pérdidas dentales.
Las primeras fases de la enfermedad inflamatoria de las encías se conocen como gingivitis. Se trata de un problema frecuente que, según la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), afecta a entre el 80 y el 85% de los adultos en España.
Así pues, la periodontitis aparece cuando no se trata a tiempo o de forma adecuada la inflamación de las encías. Es una etapa grave y avanzada de esta enfermedad bucodental, y el riesgo de que se descuelguen y se pierdan algunas piezas dentales es elevado. Pero, ¿cómo identificarla?
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Gingivitis y periodontitis
La gingivitis es como se denomina a la inflamación de las encías en su etapa inicial. Te resultará fácil de identificar porque suele provocar hinchazón y enrojecimiento en las encías, y estas sangran durante el cepillado. La infección se origina por la acumulación de placa bacteriana, generalmente, en zonas de difícil acceso.
La periodontitis se define como una infección de carácter bacteriano del tejido que rodea a las piezas dentales, incluyendo el hueso alveolar que las soporta. Es una etapa avanzada de la enfermedad de las encías y requiere que la trates urgentemente.
Causas de la periodontitis
Esta dolencia se produce por la acumulación de placa bacteriana en la línea de las encías. Si no se trata la enfermedad en sus primeras fases, la inflamación se extenderá progresivamente hasta el hueso, creando pequeñas bolsas en las que se acumula la infección entre las encías y los dientes.
Cómo identificar la enfermedad periodontal
Respecto a los síntomas de la periodontitis, el más común de todos es el sangrado de encías. Se produce no solo mientras te cepillas, sino ante el más mínimo roce. A medida que la infección avanza, notarás que aparecen otros signos, como la retracción de las encías, el dolor al masticar, el mal aliento y la movilidad de los dientes.
Tratamiento de la periodontitis
Una vez el odontólogo diagnostica la enfermedad periodontal, entre las opciones de tratamiento habituales está el curetaje o tratamiento desinflamatorio periodontal. Este consiste en realizar un raspado y un alisado en profundidad para eliminar la acumulación de sarro y placa bacteriana del interior de las encías.
Si el curetaje no es suficiente, se puede realizar una cirugía periodontal para extraer todo el sarro acumulado de las bolsas que se han formado alrededor de las piezas dentales. Durante la intervención, se levantan las encías para dejar expuestas las raíces y el hueso, y así se te podrá realizar una limpieza completa.
En los casos más graves es necesario colocar injertos de tejido y de hueso para sustituir los tejidos más dañados por la infección.
Prevención de la enfermedad de las encías
La causa más frecuente de la enfermedad periodontal es la falta de higiene. Por tanto, para prevenirla es imprescindible que sigas unas rutinas de higiene bucodental y acudas a las revisiones con tu odontólogo, como mínimo, una vez al año.
Además del cepillado después de cada comida, resulta muy importante utilizar seda dental. Para lograr una limpieza más profunda y llegar donde el cepillo no lo consigue, utilizar un irrigador dental es una excelente opción.
Si descubres sangre al enjuagarte, notas tus encías inflamadas y más enrojecidas, te recomendamos que consultes con tu odontólogo lo antes posible para que pueda hacer una valoración adecuada de tu caso y te prescriba un tratamiento, en caso necesario.
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