El sarro dental es el resultado de la acumulación de bacterias en nuestra boca. Evidentemente, no sólo supone un inconveniente estético, sino que puede ser el origen de distintas enfermedades bucodentales.
A continuación, te informamos acerca de su naturaleza y ofrecemos alternativas para evitar su formación.
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¿Por qué se forma el sarro dental?
El sarro es la fase siguiente del proceso de formación del biofilm oral o placa dental. Este concepto remite a la acumulación de bacterias que se producen en la boca tras cada comida, una vez se mezclan los residuos orgánicos con tu saliva.
Cuando no se retira, esta fina película tiende a mineralizarse y a adquirir una coloración amarillenta o amarronada. Es entonces cuando los primeros focos de bacterias se han convertido en el sarro. Notarás que su textura es más rugosa que la de tus dientes.
Consecuencias del sarro
Su aparición tiene desagradables consecuencias para la salud y estética bucodental. Por lo que respecta a la primera, es un síntoma que aparece en los cuadros de diversas enfermedades de la boca.
El sarro es responsable de las caries, pero también muchas veces de las enfermedades de las encías. Y es que no solo se acumula en las zonas que podemos ver, las supragingivales, sino también en las subgingivales.
Los depósitos de placa en las encías pueden provocar la inflamación e infección de las mismas y destruir los tejidos; es lo que conocemos como gingivitis, origen de la enfermedad periodontal, que puede degenerar en piorrea o periodontitis. En los estadios más avanzados, el hueso de este área puede llegar a ser dañado e incluso cabe la posibilidad perder la pieza dental.
Baste tener en cuenta que según el Consejo General de Dentistas y la OMS, aproximadamente un 10% de la población mundial está afectada por periodontitis.
Otro de los efectos indeseados de la acumulación de sarro es la aparición de halitosis o el mal aliento, fruto de la acumulación bacteriana en tus dientes y boca.
Por último, destacamos el efecto estético. Y es que la proliferación del sarro provoca una coloración amarilla o marrón en los dientes que resulta evidente y evidencia nuestros hábitos de higiene bucodental.
Cómo mantener el sarro dental a raya
Para eliminar la placa bacteriana y mantener el sarro a raya lo más importante es seguir buenas pautas de higiene bucal y ser constantes con las mismas.
La primera norma básica, y la más evidente, es cepillarte los dientes y lengua después de cada comida (durante dos minutos) para impedir que se forme la placa. No obstante, no basta con el cepillado convencional; además, tienes que complementarlo con el interproximal y el hilo dental para llegar a las zonas más complicadas. El uso de colutorios también puede ser un excelente complemento, pero siempre bajo la supervisión de tu dentista.
Limpieza dental profesional
Como hemos visto, la higiene dental es lo más importante para evitar la acumulación de sarro. Pero también es es de vital importancia acudir a tu clínica dental como mínimo una vez al año para una revisión y en caso necesario, una limpieza dental profesional.
Uno de los métodos profilácticos habituales de las limpiezas dentales consiste en desprender el sarro mediante una punta de ultrasonidos. Y, si el sarro ha afectado a las encías, tu especialista valorará la necesidad de un curetaje desinflamatorio periodontal mediante instrumentos de alisado y raspado radicular.
En definitiva, aunque en principio parezca una afección leve y asintomática, el sarro dental representa una amenaza para tu salud, por lo que te interesa prevenir su formación. La detección temprana también es clave para evitar males mayores. Sigue las pautas de higiene de manera rigurosa y no olvides acudir a tu dentista a tu dentista para un examen periódico.
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