Evita el miedo al dentista, saca partido a tu servicio dental

El servicio dental que te ofrece tu dentista es siempre de lo más recomendable. Sin embargo, este factor no siempre va de la mano de la tranquilidad. Si te da miedo ir al dentista, los siguientes consejos te ayudarán a convertir tu visita en una experiencia mucho más llevadera.

Consejos previos

Resulta indispensable poner en práctica estas recomendaciones idóneas para irte preparando para el momento de sentarse en el sillón y ser tratado de tus dolencias.

Encuentra el motivo de tu miedo

¿Piensas que vas a sentir demasiado dolor? ¿Te pones nervioso? ¿Has tenido una mala experiencia previamente? Dedícale cierto tiempo a pensar en por qué tienes este miedo y coméntalo durante tu primera visita.

Solicita información

En ocasiones, es mucho más recomendable ir a la clínica dental a preguntar los detalles del tratamiento, e incluso hablar con algún paciente, para ir conociendo un poco el lugar. En ocasiones, la falta de información puede provocarte que pienses de forma incorrecta sobre lo que necesitas. Sal de dudas y actúa en consecuencia.

Consulta a distintos dentistas para escoger el que más confianza te inspire

Suele ser habitual que muchos odontólogos sean excelentes profesionales, pero quizá no se muestren demasiado empáticos con el paciente. Te recomendamos que visites un mínimo de tres clínicas dentales para tener una variedad de opciones y, sobre todo, tres opiniones distintas sobre el tratamiento que necesites y su puesta en práctica. Confía en el profesional que se esfuerce por entender tu caso y por solucionarlo de manera eficaz.

Intenta que tu cita sea la primera del día

Es más fácil llegar unos minutos después de la apertura y entrar directamente en la sala. De lo contrario, estarás en la sala de espera pensando y poniéndote cada vez más nervioso. Quizá tengas que esperar unos días más, pero esta estrategia suele ofrecer grandes resultados.

Ve siempre con compañía

Es mucho más recomendable, ya que podrás hablar de distintos temas y rebajar la tensión. Intenta no comentar el tema y conversar sobre lo que vas a hacer después de la consulta o el fin de semana para que te sea más fácil evitar el miedo.

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¿Qué puedes hacer una vez dentro de la consulta?

Cuando estés sentado y veas que el dentista comienza a trabajar es muy probable que el miedo haga acto de presencia. Ten en cuenta los siguientes consejos para evitarlo y recuerda que los profesionales de nuestro servicio dental están ahí para ayudarte.

Recuerda que tienes miedo al dentista

Puede parecerte curioso este primer consejo, pero es siempre conveniente recordarle al especialista el tipo de paciente que va a tratar. No debe darte vergüenza alguna y, sobre todo, has de mostrar tus ganas de colaborar. Seguro que el especialista consigue que olvides tus nervios diseñando el plan de tratamiento de manera escalonada.

Pregúntale al dentista por cómo puedes avisarle de que te encuentras mal

Puede ser un ligero toque en la pierna, o que levantes la mano ligeramente. Ese código entre ambos te dará seguridad y te permitirá hacer un pequeño descanso durante el tratamiento. Recuerda que el profesional necesita que estés siempre relajado para que todo vaya bien. No dejes que el miedo te afecte demasiado si quieres que todo vaya bien.

Lleva tus auriculares para escuchar música

Si al dentista no le importa, ponte tu música favorita y relájate. El efecto de la música es siempre calmante y te ayudará a pensar más en lo que estás escuchando que en lo que estás sintiendo. A un volumen moderado conseguirás el deseado efecto de perder el miedo.

Intenta que la primera cita sea para un tratamiento leve

Puedes empezar por una limpieza para irte acostumbrando progresivamente a la forma de trabajar del profesional elegido. Poco a poco, tendrás la oportunidad de ir aumentando la intensidad de los tratamientos, consiguiendo así crear un proceso adaptativo progresivo. Al terminar, no dudes en preguntar sobre qué va a hacerse en la siguiente sesión para que puedas ir amoldándote a la misma mentalmente.

Intenta obtener una copia del plan de tratamientos

Si tu caso reviste cierta gravedad, es más que importante que sepas cómo va a ser cada día y, sobre todo, que te informes de las características de cada tratamiento. No dudes en consultar la opinión de otros pacientes que ya han pasado por lo mismo, ya que podrán tranquilizarte con mayor facilidad.

Piensa en la sedación parcial o total

Es posible que intentes poner en práctica todo lo anterior sin conseguir el resultado esperado. Pero no desesperes, pues muchas clínicas, en la actualidad, ofrecen la alternativa de sedación parcial o completa. La sedación por inhalación usa un tipo de gas determinado que provoca una sensación de bienestar muy recomendable.

Si lo prefieres, y el dentista lo estima oportuno, la sedación total puede ser una alternativa idónea para recibir el tratamiento que necesites y despertar ya con todo solucionado. Ahora bien, esta opción ni te permite perderle el miedo al dentista ni es demasiado aconsejable, salvo en casos muy concretos.

El mejor consejo posible

Si bien el miedo puede afectar a tu visita, quizá sería aconsejable que dejases de pensar en él para centrarte en los beneficios de ir al dentista. Piensa que obviar tus problemas de salud dental puede provocarte edentulismo, periodoncia, caries e incluso problemas de alineación dental.

La maloclusión, el bruxismo e incluso las cefaleas son tres de las consecuencias más importantes de no prestar atención a este tipo de problemas. Es decir, ¿prefieres dejar que el miedo te gane la partida o quieres recuperar tu salud dental?

Te recomendamos que apuestes siempre por reforzar tu dentadura, por analizar la alineación de tu mandíbula y por ofrecer tu mejor imagen. Este puede ser el mejor consejo a este respecto: escoger lo mejor para tu salud dental. Saca partido a tu servicio dental e intenta que el miedo no gane la batalla.

De ti depende confiar en un dentista que te ofrezca un servicio dental de calidad. Deja el miedo a un lado y confía en el profesional que más confianza te inspire. Piensa más en el resultado de los tratamientos que en su aplicación y no tardarás en disfrutar de una salud dental envidiable.